Bahamas, kitesurf y pastel de ron

Bahamas, un vistazo al paraíso • Forbes México


Pensar en las islas Bahamas lleva de inmediato imaginar un destino vacacional para celebridades que, a bordo de sus yates, huyen en vano de los paparazi. Pero, sin duda alguna, este grupo insular caribeño con 30 islas habitadas es mucho más que eso, y por esa razón hay que dejarse sorprender por sus atractivos. Para abrir boca se puede visitar Cat Island, una de las más tranquilas del archipiélago, donde se encuentra el punto más alto de las Bahamas, aunque tan solo alcanza los 63 metros de altura. Es el monte Alvernia, con su monasterio de estilo medieval llamado The Hermitage. Quienes practiquen kitesurf encontrarán allí el destino perfecto, pero también los que quieran caminar por senderos naturales o disfrutar de una playa de 13 kilómetros de arena clara.


El viaje puede seguir por la pequeña isla llamada Little Exuma, donde se pueden probar delicias locales como el pastel de ron de Mommy’s Bakery, con una receta que pasó de madre a hija, o la langosta asada de Santannas, un negocio familiar implantado allí durante décadas. Para los paladares más valientes, el Club Arawak, regentado por la infatigable Cassandra, presume de servir los mejores buñuelos de caracol del país.

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